El dinero, es dinero, aprende algo dinero [Libre/Valerya]

por **Edmundo L. Elesham** Jue Abr 16, 2015 1:10 am

Un avisillo:

Los desastres que mi padre había cometido con nuestras tierras estaban casi todas solucionadas, aunque claro aun quedaban detalles. Uno de esos detalles, el mas importante diría yo, es el comercio. Comerciar no es nada fácil pero siempre fui bueno para este tipo de cosas, a pesar de los múltiples consejos de distintas personas decidí ir personalmente a los diferentes puntos de comercio. En mi lugar deje como castellano a una pupila, era una chica de clase baja, agraciada y con una curiosidad insaciable, que mi madre había acogido. Obviamente fue un error y una gran vergüenza, varias casas se burlaban al ver que una pequeña que valía como sirviente comía en nuestra mesa. Con el tiempo me encariñe con ella ,pues no eran muchos los niños en el castillo, por lo que no pude echarla cuando llego el momento.

Mi pequeña compañía estaba sumamente cansada, el viaje en el barco había sido largo y hacia días que estábamos en marcha. Había decidido visitar primero la casa Waxley pues su comercio de velas era famoso, mi plan era comprar velas y luego con algunos contactos ponerla a la venta en los muelles donde solían llegar muchos comerciantes. Obviamente algunas mujeres que se creían señoras pagarían dinerales por un objeto digna de un señor. El hombre obedece a la cama, la cama depende de la señora y la señora quiere regalos.

Cuando por fin divise el castillo en la lejanía decidí ordenar marcha forzada pues esperaba llegar antes del anochecer. Durante el viaje piratas y bandidos pudieron atacarnos y no lo hicieron, con el castillo a la vista no pensaba abusar de mi suerte y llegar antes de tener una espada en la garganta me parecía una muy buena idea. Aunque las quejas se escuchaban entre los 10 hombres que me habían acompañado, juntos con un par de siervos para transportar distintos objetos.

Lo que mas preocupado me tenia era que el emisario que mande en cuanto pisamos tierra jamas volvió, el iba con el siguiente mensaje "Mi honorable señor, Lord Edmundo de la casa Elesham, El Esperado, Servidor de su pueblo. Planeo llegar dentro de 3 días a su gran y bellisimo castillo para disertar sobre el comercio entre nuestras casas, con suerte mi viaje estará libre de peligro y nuestra conversación sera amena y rápida. Mis disculpas por no ser mas extenso pero debo emprender la marcha."

por **Valerya Waxley** Lun Abr 20, 2015 3:27 pm

Valerya estaba satisfecha con el devenir de los acontecimientos. Era una mujer inteligente, lo suficiente como para no pecar de prepotente, al menos en la intimidad de sus propios pensamientos. Se consideraba capacitada, tanto como puede estarlo una mujer en su situación y estatus, pero la tarea de gobernar su feudo no dejaba de ser en cierta medida intimidante. No dejaba de ser todo un desafío, un reto para lady Waxley. Una tarea para la que no había nacido ni había sido educada y para que su padre jamás confió en ella. Pero los dioses así lo habían querido, ayudados por la necedad de su padre que había mandado a su hermano al encuentro de la parca cuando estaba en la flor de la vida. Los Otros se lleven su alma maldita.

Después de dos años al frente de Serbaledo podía afirmar con orgullo que la producción se había incrementado sustancialmente así como sus ingresos. La satisfacción con que cerró el pesado tomo de cuentas la hizo sonreír como una niña pequeña en la soledad de sus aposentos. Una victoria moral que sabía a venganza y que avivó su humor inmediatamente. Se levantó del escritorio cuando el sonoro cuerno del vigía le anunció el avistamiento de hombres a caballo. Una visita que esperaba desde que el mensajero de Lord Elesham había llegado un par de días antes precediendo a su señor.

Valerya bajó hasta el salón en el piso inferior y aguardó sentada el el trono que lo presidía acompañada por sus doncellas. Dio las órdenes pertinentes para que el pan y la sal fueran servidos nada más arribasen los caballeros y las cocinas ya se afanaban en tener a punto los platos del banquete posterior. Los negocios siempre eran negocios y eso parecía desear a juzgar por su misiva su próximo invitado.

Una pequeña escolta de cinco hombres partió de la fortaleza a su encuentro para recibirles y guiarlos hasta su presencia. Los dioses quisieran que esa visita trajera beneficios a su casa. Meneó la cabeza y desestimó esa petición silenciosa. - Que los dioses hagan lo que les plazca. yo me encargaré de volverla provechosa.

El Norte	3
El Valle	4
El Tridente
Punta Zarpa	1
Occidente	2
La Tormenta	2
El Hierro
El Dominio	5
Dorne	5
Essos	6
El Muro	2
Salvajes

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