Ficha de Balerion

Descripción Psicológica

De pequeño siempre fue un niño alegre y soñador, su madre procuraba creciera ajeno de las preocupaciones del mundo exterior, pero incluso a esa edad podía notar que la gente no le veía con buenos ojos, pero Balerion fingía no darse cuenta para no darle a su madre más pesares. Cuando ya tuvo más conciencia sobre como eran las cosas, el joven dragón intento acercarse a la gente del pueblo sin mayores logros, el hecho que su hermano de escamas negras pareciera perturbarse con la gente solo complicaba las cosas para el muchacho, pero no se dio por vencido y probablemente nunca lo haría, durante su infancia su madre le había contado solo algunas historias de su padre y, aunque mantenía su identidad y muchos aspectos de su vida en reserva, Balerion sabia lo suficiente, entendía su padre se había sacrificado por el bien del mundo, había peleado contra los esbirros del Gran Otro para salvar a la gente y como su hijo y único hombre de la familia, era su deber seguir sus pasos.

Aunque los años le han otorgado una sabiduría algo impropia de su edad, Balerion aún conserva su espíritu soñador, es bastante paciente y de sentimientos nobles, incluso en aquellas ocasiones en que la gente de la aldea les tratara como indeseables, lo que se incremento cuando su madre dejara este mundo. Solo una vez se dejo llevar por sus sentimientos y se arrepintió de ello, ese incidente causo una brecha entre él y su hermano, que es bastante menos paciente que Balerion.

Historia

Fue el segundo hijo nacido de Valyria y el único varón, de pequeño siempre fue un niño alegre y soñador, era los ojos de su madre y se convertiría en el amor de sus hermanas. Balerion nació junto con el dragón de escamas negras con quien compartía su nombre, sangre y alma, solían jugar todo el día y su vinculo crecía con con cada amanecer, pero a diferencia de los dragones de sus hermanas cuya personalidad era bastante a fin con el paso de los años, la de Balerion y su dragón parecían diferenciarse. El dragón de escamas negras seguía viendo todo como un juego, mientras el niño maduraba y empezaba a ver el mundo con otros ojos.

Los tres hermanos y sus dragones no eran bien vistos por la gente de la aldea, según había escuchado, al nacer ellos los dragones en cada uno de los volcanes se habían vuelto más feroces y muchos les culpaban, habían otros que veían con horror a sus dragones, era algo innatural que humanos y dragones compartieran una vida, tarde o temprano esas criaturas que trataban como mascotas crecerían y les devorarían como la carne que eran, y de paso pondrían a toda la aldea en riesgo. Al comienzo Balerion no entendía las palabras, ante sus ojos era imposible su hermano fuese a hacer algo de semejante maldad, pero su hermana Vhagar, que tenía un carácter más impulsivo al igual que su dragón, parecían tener mayores problemas controlándose, al final ya casi no iba al pueblo a menos que fuese en extremo necesario. Balerion le entendía perfectamente y respeto su deseo, pues cada vez que iban a la aldea sin su madre la gente no solo les maldecía en plena calle, a veces acababan por arrojarles piedras, pero eso no desanimaba al muchacho, estaba decidido a ganarse a la gente, sabía sería un camino dificil, pero no más del que había recorrido su padre, junto con Meraxes iban al pueblo en cada ocasión que podían, si la gente empezaba a entender que sus dragones no eran malignos sería un primer paso para que los aceparan.

Aunque el tamaño de los dragones hermanos no parecía concordar con el resto de su especie, pues crecían de forma más lenta aunque sí se mostraban más listos, los dragones si seguían creciendo al igual que el temor de los pueblerinos, cuando Meraxes y Balerion regresaron por provisiones una mañana, sus dragones ya tenían el porte de leones y pasaban a ser el doble cuando extendían sus alas. Los más temerosos comprendieron que pronto no tendrían oportunidad contra aquellas bestias, por lo que intentaron deshacerse de ellos antes que fuera tarde; los hermanos por su parte ya habían logrado empezar a cosechar las semillas que tanto trabajo les había costado sembrar, había gente en el pueblo que les recibía de buena gana, además algunos les hacían encargos pues gracias a sus dragones podían llegar donde para ellos era inaccesible, hierbas, minerales, pieles, los hermanos llevaban lo que recolectaban y lo intercambiaban por artículos de uso común, a sabiendas que, si quisieran, podrían cobrarles cinco o diez veces su valor. Las cosas empezaban a andar bien hasta que nuevamente empezaron los disturbios, la dragona de su hermana jugaba en los cielos con su dragón, cuando los problemas comenzaron no se inmiscuyeron, pues los jóvenes se lo habían prohibido y no era una situación nueva para ellos. Una anciana se levanto y sacó la voz contra esos rufianes, era la primera vez que alguien del pueblo les apoyara públicamente por lo que los hermanos no pudieron sentir más dicha, sin embargo la mujer quedo en medio del conflicto y cuando una roca iba directo hacia ella, Meraxes se interpuso en su trayecto, el golpe le dio directo en la sien y cayo de bruces en el piso. Balerion tuvo un momento de lucidez, un momento para controlarse y, de haberlo querido, estaba seguro de poder mantener el orden pese a que la dragona de Meraxes lanzo llamas al aire, incluso en ese entonces, quizas sintiendo los deseos de su caida hermana, la dragona no intervino. Pero Balerion solo podía ver la sangre que brotaba de su pequeña y amada hermana. Y llamas negras llenaron el cielo como una nube que vaticinaba una tormenta. Balerion corrió hacia donde su hermana mientras su dragón se lanzaba en picada a por los enemigos, pudo ver lagrimas en los ojos de su hermana y solo atino a rasgar sus ropas para hacerle una improvisada compresa, como nunca estaba lleno de rabia sin embargo, su hermana solo se veía dolida y le susurro unas ultimas palabras antes de queda inconsciente "No los lastimes". Entrecerró los ojos para poder ver como su dragón que ya estaba al alcance lanzaba una nueva bocanada de ese oscuro pero brillante fuego contra los campesinos que corrían por sus vidas. Las llamas alcanzaron dos casas que se prendieron en segundos, Balerion grito a su dragón que se detuviera pero el animal de escamas negras no pareció escucharle, su atención estaba tan clavada como sus ojos en uno de los agresores, el hombre se arrastraba por el piso y el dragón parecía entender en parte sus plegarias, pero para él solo era otro juego, uno que había ganado. Cuando se disponía a lanzar una nueva llamarada una pala dio de lleno en su cabeza, su piel era lo suficientemente dura como para evitar daño, pero a esa edad no evito que sintiera dolor tras el impacto, se dio media vuelta enfurecido para ver que había sido su hermano, al que trataba de defender, quien le había atacado. Confundido, el dragón emprendió vuelo, su accionar había salvado al hombre, pero la relación con su hermano-dragón, y con el pueblo, jamas sería la misma. Los brotes habían sido quemados hasta sus raíces y todo el esfuerzo que habían hecho se perdió junto con ellos, tendrían que volver a empezar de cero.

Otros

-De los tres hijos de Valyria es el que tiene una relación más peligrosa con su hermano. Precisamente porque lo siente más como una voluntad igual a la suya y no como una mascota o un arma es que prefiere mantener un respeto mutuo entre ambos.
-No desea pasar su vida entre los catorce fuegos y por ende se esfuerza por establecer lazos con los hombres de las aldeas cercanas, por mucho tiempo y trabajo que requiera.
-Nunca ha olvidado los sacrificios hechos por ninguno de sus padres y teme no estar listo cuando llegue su momento de luchar por algo tan trascendente como hicieron ellos.